Una tarde de depravación durante el Kinky Club del 14 de junio de 2019

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Un viernes lleno de color y vicio para estas Meriendas del 14 de junio de 2019.

C, un hombre talentoso y habitual de los viernes, estaba allí para dedicarse a las mujeres guapas esta tarde.
Un gran bien le vino porque fue recompensado y fue el valet de Madame S. una dominante del Sur que vino a pasar un buen rato acompañada de su sumisa V. Luego de lucir un outfit completamente transparente resaltando sus generosas formas y usar tacones vertiginosos, Condujo a V. por su correa hasta la gran sala barroca. Éste, ataviado únicamente con un microcordón y pulseras de cuero para sujetarlo fácilmente, siguió a su alcalde, obediente y servil.

Después de unas copas decidieron visitar el KinkyClub.

O. y su amiga E. habían quedado en reunirse esta tarde para que él pudiera presentarle las alegrías y las posibilidades de juego del KinkyClub, yendo de habitación en habitación y queriendo utilizar todos los accesorios disponibles. No pasó mucho tiempo antes de que las nalgas se enrojecieran y se escucharan los gemidos.

El Maestro J, acompañado de su traviesa sumisa N, tuvo un gran placer en desnudarla y darle un palo y un látigo en el banco de azotes, decorando sus pechos con clips y exponiéndola a la vista de los numerosos mirones. Ésta, avergonzada y golpeada, no podía ocultar la excitación que fluía entre sus muslos abiertos.

DirtyVonP introdujo a NS en las nalgadas. Ella acababa de confiarle vergonzosamente que sentía envidia de ver a otros beneficiarse mientras ella permanecía en las sombras virtuales, leyendo y releyendo las historias y testimonios en el sitio KinkyClub. Además, quería salir de la oscuridad y finalmente experimentar el placer de recibir una paliza en público. Se sintió aliviada y húmeda cuando regresó a casa.

Apenas había tiempo para refrescarnos cuando encontramos a C lamiendo la raja de Madame S. mientras ella maltrataba la polla y las pelotas de su sumiso atado de cara a la cruz.
Ordenando a C. que no olvidara su pequeño agujero, ella gimió de placer mientras torturaba la polla de su esclavo.

J y J una vez más entregaron su nobleza al arte de dominar y follar y ya era hora de irse a casa y recuperarse de sus emociones.