Primeros pasos en el BDSM por la señorita A.

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La puerta se abre al universo que, durante mucho tiempo, ha alimentado silenciosa y secretamente mis más bellas fantasías.

En esta tarde de otoño, bajo tu mirada protectora y benévola, me deslizo al corazón de un mundo que pasa de lo onírico a lo real.
Delicioso… la ansiedad en su apogeo, amplificando el deseo de rendirme,
adormeciendo… la entrega a la confianza,
acariciando… el látigo en mi cuerpo,
sublimando… la venda me aísla y me expone.
Suspendido como el tiempo mismo, en una tarde de octubre…

Tus manos expertas, tus labios, tus susurros al oído... me hacen estremecer, sentir cada centímetro de mi cuerpo
. Qué suaves eran tus manos al azotarme las nalgas, qué musical el remolino del látigo, y qué afilada y punzante la fusta...

Alejada de las preocupaciones del mundo exterior, me deleito con el sabor del momento. Lo que siento, lo que veo, lo que experimento es puro placer; la rueda gira alocadamente y me vuelve loca, ingrávida, siento que la paz interior me invade. Deslizándome
las piernas, saboreo la calidez del agua de la fuente, cuyo manantial es tan preciado para mí...
¡Qué maravillosa fue aquella tarde de octubre!

“Gritos y Susurros”, un espacio de estética e inspiración, es una de esas burbujas confidenciales donde el tiempo se detiene y de las que uno emerge enriquecido.
Como en el teatro clásico, la unidad de tiempo, lugar y acción se ilustra magníficamente; el interés dramático, la concisión y la puesta en escena se combinan en el siglo XXI con la misma destreza que en el XVII.

Primeros pasos de un viaje iniciático en el escenario de los sabores del cuerpo y del alma…. Han pasado 48 horas, mi cuerpo, todavía, vibra con 1000 sensaciones mezcladas, con una ligereza que me transporta, me eleva y me proporciona un bienestar indescriptible!