Tessin Doyama de Arcadia Tokyo en el Kinky Club el viernes 9 de marzo

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Un viernes muy atrevido. Mientras algunos se reunían alrededor de una patineta, otros descubrían el Club.

La tarde transcurrió al ritmo de los juegos perversos de nuestros jugadores.

La señorita M y el señor R jugaron con un par de amigos. Se invirtieron los roles, y el señor D experimentó los placeres de la dominación de la señorita M frente a su esposa, F, quien a su vez estaba siendo dominada por el señor R.

La Señorita Calamity reinaba sobre un harén de sumisas devotas, incluyendo a Braco, quien, obedeciendo sus órdenes, masajeaba los pies de todas las que ella designaba, le servía de reposapiés o le enseñaba posturas, con la encantadora Frimousse como ejemplo. Frimousse, magníficamente vestida con un traje de sirvienta muy corto que dejaba al descubierto sus generosas curvas, también estaba atada en el salón barroco y expuesta a todos a las órdenes de DirtyVonP.

La Señorita Calamity se hizo cargo entonces de C, un sumiso recalcitrante cuyas mejillas aún debían de arder por la serie de bofetadas que le propinó, con las únicas pausas en esos momentos suspendidos en los que, mirándolo directamente a los ojos, le escupía en la boca abierta. Él también tuvo que exhibirse en la sala, en calzoncillos, ofreciendo su intimidad a las miradas de todos, a cuatro patas mientras ella iba a recibir a los nuevos invitados. Finalmente, fue recogido por la hermosa Ryouko, quien no dudó en golpearlo y obligar a otra sumisa a practicarle sexo oral.

Junto a ellos, H, con sondas insertadas en la uretra, sentado a horcajadas en el banco, recibía su primer doble puñetazo de las señoritas M y Calamity. Se deleitaba en el suelo, lleno de placer y desenfreno. Además, Ryouko y Calamity acababan de torturarle el pene con un látigo y cera.

Mientras tanto, nuestra invitada de honor, Tessin Doyama, quien vino de Japón acompañada de Yuri, su esclava, le dio una paliza brutal con una fusta e inauguró el juego de palas de madera hechas a mano por nuestro amigo Yho (disponibles en el bar si desea probarlas antes de pedirlas usted mismo…). Elogiamos su obediencia ejemplar, que debería servir de modelo para muchas otras…