Sumisión, masoquismo y adoración en el Kinky Club el 25 de mayo de 2018

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Otra tarde maravillosa en el Kinky Club la semana pasada. Tras disfrutar de una bandeja de aperitivos, P., acompañado de su deslumbrante y voluptuosa amiga, revolucionó la sala de arriba… El fogoso P. llenó la sala de gemidos y gritos, pasando del banco de azotes al rincón de los mimos, durante más de dos horas seguidas, bajo la atenta y alentadora mirada de otra pareja que se les unió rápidamente.
El resto de la merienda fue igual de alocada, sobre todo con MasterDom y Punkette. MasterDom y su única cola enrojecieron la espalda y las nalgas de Punkette; la masoquista era tan hermosa como resistente. Sus embestidas hicieron vibrar la amplia sala mientras ella se ofrecía a ellos sin restricciones, incluso arqueando la espalda para disfrutarlas, con sus roncos y potentes gritos puntuando cada impacto preciso.
Un poco más tarde se les unió D. para otra sesión de dominación a tres bandas. Martinet, fouet, bastón finalmente satisfizo a Punkette, marcada y agotada de tanto placer en el dolor.

La señorita G. y su Dom también estuvieron presentes, como de costumbre. La señorita G., vestida con un sencillo arnés, prodigó atención oral a su Dom en la sala principal, larga y devotamente, demostrando su adoración y sumisión. Luego los encontramos de nuevo, ella en posición en el banco, azotando sus nalgas de ébano que le ofrecía, él, trabajando su trasero... La belleza se quejó de que era delicado e incómodo, y su Dom le soltó esta dura verdad... "Si tanto duele, ¿por qué estás tan mojada?". La risa de la señorita G., que acentuó esta última frase, deleitó a todos los mirones presentes.
DirtyVonP le practicó una sesión de shibari a Frimousse, quien se exhibía en su traje de rejilla abierto para revelar sus atributos... Una suspensión que expuso su intimidad a la vista de todos, seguida de su colocación en el centro de la sala, demostrando su gusto por el servicio y la disciplina.
Dirty ató firmemente a Ilex con sus cuerdas; un amigo que había venido de Estados Unidos había solicitado una sesión de cuerdas e impacto para concluir estas tardes de té. La hermosa chica gemía con cada pasada de la cuerda, y la tensión la hacía soltarse al instante. Una vez suspendida, inclinada hacia adelante, con las nalgas al aire, Ilex se las enrojeció con la mano antes de probar la lengua del dragón, la herramienta favorita del Sr. Sucio. Los golpes punzantes o contundentes caían sobre sus muslos y nalgas, arrancándole suspiros y gritos.
Sucio la colocó entonces frente al espejo, obligándola a contemplarse en su dolor y sumisión...