El Kinky Club vuelve a abrir el viernes 14 de septiembre de 2018

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La reapertura del Club se inauguró a las 13 horas en compañía de dos jugadores solos, que vinieron a almorzar y redescubrir el ambiente después de unos años.

Pronto se les unió el resto de jugadores que habían venido a pasar la tarde.

La señorita Calamity le dio a uno de sus sumisos su primera salida, introduciéndolo al mundo del BDSM fuera de la mazmorra privada. Lo castigó en todas las habitaciones del club, empezando por ordenarle que se desnudara, usara solo un collar y se moviera solo a cuatro patas. Con la correa atada al brazo de una tumbona, frente a su plato de comida, podía servirle de reposapiés y ser objeto de burla por la baba que le goteaba de la boca, que estaba llena de una mordaza. Al ver esto, la señorita Calamity lo agarró del pelo y limpió el suelo con la mejilla bajo la mirada burlona de Jody, la camarera.

Seis años después de cruzar el umbral del Club, M ansiaba volver a saborear los placeres de los azotes. Sentada en el banco de cuero de la habitación de la planta baja, expuesta a los mirones, sus blancas nalgas resaltaban contra la tela negra de su atuendo; esperaba, excitada, el tormento de DirtyVonP.

Él nunca se acobardaba cuando se trataba de satisfacer a las damas (o a los caballeros, para los más atrevidos) y hacía que el placer durara.

Comenzó precalentando los dos globos con su gran mano, haciéndolos enrojecer delicadamente mientras ella gemía que tenía nalgas para azotar.

Luego fue el turno del látigo, un pequeño guiño al nombre de la joven, y bajo la mordida, a veces acariciante, a veces seca, de las correas ella se entregó.

Finalmente, para concluir esta sesión de placer, fue la paleta la que imprimió grandes marcas rojas realzando el resplandor de sus nalgas de alabastro.

El sumiso S, que había asistido al comienzo de la sesión, fue encerrado en la celda por un momento para que solo pudiera escuchar sin ver.

Al final de la sesión, lo arrastraron con la correa hasta el piso de arriba, donde Mademoiselle y Ryouko decidieron torturarlo.

Atado al volante, fue arrojado de cabeza y azotado.

Con solo lo que suele cubrir la ropa interior, el espacio era reducido, pero los golpes se concentraban. Por detrás y luego por delante, soportó varios azotes, bofetadas y escupitajos. Los insultos y las burlas sobre su condición acentuaron la dura prueba.

Finalmente, desatado y devuelto al suelo, pudo recuperarse mientras la cruel Ryouko torturaba y aplastaba su pene con un cubito de hielo y Mademoiselle insertaba uno en su ano antes de observarlo desde lejos, disfrutando de la devoción de su favorito, Daniel, y de los maravillosos masajes de pies que este último le proporciona.

Ryouko, siempre feliz de experimentar los placeres del cuero, fue castigada por DirtyVonP. Hacía muchos meses que no se veían, y el reencuentro fue intenso. Se dieron el lujo de estrangularse, usar lengua de dragón y azotar, lo suficiente como para dejar a la hermosa chica sin aliento mientras se rendía, gritando de placer bajo los golpes. «Dolor gástrico».

El trío en la alcoba hizo eco de los suspiros y gemidos de Chloe con sus gritos y exclamaciones de placer.

Ella recibe una buena paliza, por delante y por detrás, de su amo DirtyVonP.

La lengua y el látigo del dragón se usaban y aplicaban metódicamente, no para enrojecer, sino para teñir de azul la piel dorada de esta bella sumisa. Sus pesados ​​pechos se sacudían con cada golpe mientras sus nalgas ondulaban.

Ella soportó su castigo con dignidad, las lágrimas rodaban por sus mejillas sonrojadas, dejando largas vetas de rímel húmedo.

La señorita había ordenado a Soumis S que se hiciera un poco útil y sirviera de expositor de látigos, así que él, siempre desnudo y a cuatro patas, impresionado de encontrarse en ese santuario de placeres perversos frente a Chloé, ofreció religiosamente a DirtyVonP los instrumentos de tortura y se podía ver en sus ojos la admiración que sentía por Chloé.

Luego, un cuarteto de amigos, que habían venido a presentar al Club a la nueva sumisa de uno de ellos, tomó el lugar de Chloé y DirtyVonP, y siempre bajo la mirada de los mirones y de la sumisa S, el Amo se comprometió a hacer probar a su protegida, primero el gato de nueve colas y luego el látigo, alternando los golpes con caricias íntimas en el pecho y el sexo.

Por fin fue el turno de Poulpiste, el más avezado que soportaba con deleite los dos azotadores, el Maestro I y E, su compañero, alternando el gesto y compartiendo el lomo de la bella.

No olvidemos a Braco el gusano, quien, despreciado por Mademoiselle, se arrastraba sin cesar buscando atención a los pies de todas las mujeres presentes, tratando de ofrecer sus servicios.

Agradecemos a A, quien, bajo su aire reservado, nos dio el placer de venir a celebrar su cumpleaños con nosotros y descubrir el Club para la ocasión, así como a las otras parejas que compartieron juegos y placeres traviesos en los rincones del Club.

Nos vemos el próximo viernes a las 13.00 horas.

Les informamos que los platos preparados tienen un precio de 15 € por persona e incluyen una copa de vino de cortesía. El servicio está disponible de 13:00 a 14:30.

Reserva la fecha: viernes 28 de septiembre, para el taller de dictado con Mademoiselle Calamity. No olvides tu copia, tu bolígrafo y aprenderte el poema.

La Señorita Calamidad estará encantada de corregir sus papeles y sus traseros, asistida por la Divina Ryouko, quien ahora oficiará cada viernes para los más recalcitrantes. Es imposible no ver a esta fetichista del látex y los tacones de aguja.