Este viernes 15 de febrero, el Club Kinky fue muy inspirador. Les dimos la bienvenida a Y y V.
V, una impresionante dominatriz rubia, y su sumiso vestido de cuero. Normalmente gente de noche, querían experimentar el ambiente morboso de los viernes por la tarde.
V tuvo que esperar un poco porque su ayuda de cámara necesitaba presentarle a una novata con la que había quedado para informarle antes de su primera sesión de dominación y su primera vez en el club. ¡Nos encanta este tipo de ambiente en el Kinky Club!
Así que C llegó, ya con el collar puesto, ansioso por demostrar su valía. Dejó la chaqueta en el guardarropa y V lo llamó al orden rápidamente, pues quería verlo al menos parcialmente sin camisa. Ya muy sumiso, C obedeció de inmediato, disculpándose efusivamente.
Cargando la maleta de accesorios de la Ama V, C esperó de rodillas a que lo equiparan. La Ama V le sujetó una bandeja al pecho con pinzas para que pudiera servir las bebidas sin derramar ni una sola copa. El pedido se tomó en la barra, donde el tembloroso C llevó las copas a su Ama. Y no se perdió nada, dando instrucciones y consejos al avergonzado C.
Tras ponerle la correa, lo llevaron arriba a gatas para disfrutar de más juegos y descubrimientos emocionantes. Gritos de placer y dolor llenaron rápidamente el Club.
Luego vinieron un par de amigos, C y H, con ganas de probar cosas nuevas. Uno estaba muy entusiasmado por experimentar la emoción de las cuerdas y los azotes, el otro, la de la dominación femenina.
DirtyVonp comenzó entonces a atar a C, quien se rindió rápidamente. Procedió entonces a enrojecerle las nalgas con mano firme y decidida, mientras los suspiros y maldiciones de la hermosa mujer en inglés resonaban por la gran sala ante los mirones, excitados por el espectáculo. Su amiga había subido para unirse a V e Y, quienes fueron azotadas a cuatro patas y luego dilatadas por las dos Amas, deseosas de desflorar a este apuesto joven sumiso. ¡Menuda depravación esta tarde! Las alianzas femeninas siempre son una formidable fuente de perversidad.
El tiempo pasó demasiado rápido y todos nuestros invitados se fueron a casa con estrellas en los ojos y tez colorada por tanta desviación.







